fotografía de una persona
fotografía de una flor
Dos fotografías en constante diálogo, tanto física- como metafóricamente, entablando una
conversación que se cuestiona y redescubre. Desde distintos ángulos las imágenes aportan la visión
del espectador observador y distante, frente a la visión personal e íntima del retratado
emprendiendo un viaje hacia la psicología y el autoentendimiento. Con el fin de traspasar fronteras
en forma de ideas y conciencia social, formadas por uno mismo y los que están tanto cerca como lejos.

Y qué mejor manera de conectar contigo mismo que recurriendo al origen, la naturaleza, con la
que hemos convivido tantos siglos, de la que cada vez nos estamos distanciando con más rapidez.
Perdemos ese tacto, esa conexión, donde nos sentimos en casa y con la que todos nos podemos identificar.

El contacto con lo mundano nos cierra los ojos y nos abre la mente, nos hace ver sin mirar. Y es por
eso que miramos a la naturaleza como ella nos mira a nosotros. Una simbiosis que cae en olvido,
sin embargo siempre está ahí, recordándonos quienes somos y de donde venimos.
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